"Por fin solo" pensó el joven científico.
Hacia ya un tiempo, desde que le habia tocado desplazarse hasta Sicilia, que no habia estado metido en un laboratorio con el afan de conseguir algun tipo de invento nuevo que pudiera revolucionar la ciencia de la mafia. De todas formas, le habian asegurado que en sus próximos dias podria tener uno de los mayores avances que sus inventos pudieran alcanzar.
Saliendo de sus pensamientos, Requiem tomó un maletin que había traido él mismo desde su laboratorio oculto. Tomó su anillo y prendiendolo en sus llamas lo colocó en una pequeña rendija y este se abrió dejando ver 7 pequeñas cajas con el escudo de la familia Adaggio.
"Bien, aqui estan... pero es una lástima que no se puedan usar correctamente aun!"
El de blancos cabellos cojió una de color verde y como había hecho con su maletín, abrió la pequeña caja. De ella salió un pequeño zorro con alas. El zorro se subió sobre las piernas de Requiem y buscó su mano con el hocico para que este le rascara la cabeza. Este lo hizo y justo tras ello el zorro calló sobre sus piernas como si hubiera muerto. Requiem, con mala cara, hizo que volviera a su caja.
"Falta que se mantengan fuera de las cajas durante periodos más largos de tiempo... de momento ese deberia ser el primer paso, pero..." el joven puso la caja en el maletín de nuevo, lo cerró y lo guardó en una caja fuerte que había pedido preparar en el laboratorio que también funcionaba con tansolo su llama de ultima voluntad. Al dejar el maletín cojió una carpeta negra de plástico grueso. Volvió a sentarse en su butaca, abrió la gruesa carpeta y buscó un papel en especial. Cuando lo encontró lo sacó y comenzó a leerlo una y otra vez.
"No entiendo porque! No hay errores, todo esta calculado con total precisión..."
El joven meditó sobre unos segundos, intentando ver más allá de lo que tenia delante.
"Entonces, lo unico que queda es que este incompleto... pero que es lo que falta!?"